miércoles, 8 de junio de 2011

Recuerdos de mi infancia (5º parte)


Como todos, o no,…mejor dicho como todas aquellas personas de mi edad (55 añitos), echamos siempre una mirada hacia atrás, recordando esos lindos tiempos de juventud, amigos, novias, momentos, el colegio, y quizás hasta en algún momento se te arruga el corazón de alegria por esos recuerdos.
Yo siempre afirme que la mejor época de mi vida, fue la del colegio secundario. En aquel Instituto Secundario Rodeo del Medio, forje amistades que aun se sienten, y en muchos casos se extraña.
Aquí en la distancia los recuerdos se hacen mas vívidos, es notable como a veces mi cabeza (bastante maltratada de por si), recuerda a esos amigotes pelilargos y flacurrientos que eran la mitad de uno.
En estos días tuve el placer de reencontrarme, aunque virtualmente (igual no deja de ser un gran placer y emoción), con mi tocayo Mario Alberto Campanella, y en las pocas letras que hasta ahora cruzamos, me trajo a la memoria esos momentos inolvidables, que compartimos con el “flaco” Ignacio Maza, el “Flaco” Miguel Viteri o el Pepe Blanes.
Me acuerdo como nos recibían nuestros padres cuando en patota íbamos a la casa de uno u otro, Leia recién un párrafo de Mario refiriéndose a la casa del Flaco Maza, que si bien era cierto que en esa época era el único que trabajaba y tenia dinero. Por lo que le sugeríamos algunos Discos para que comprara y los escuchábamos juntos. En la casa del Flaco o en mi casa.
Mi viejo me había comprado un pequeño “combinado”, y nos instalábamos allí a escuchar a Pink Floyd, Deep Purple, Grand Funk, Beatles o lo que cayera en manos. Y cuando ibamos a la casa del flaco, tenia su habitacion y nos instalabamos alli a disfrutar de la musica, bocata de salame o jamon incluidos.
Si hemos pasado tiempo escuchando música, hasta nos atrevíamos a cantar e inclusive soñar con un grupo de música al que llamaríamos Liberpaz, me acuerdo que Mario había creado un logotipo y todo.
Que linda época, salir del colegio e ir a casa a escuchar música, yo vivía en esa época frente al Instituto, así que era cita obligada en primer lugar, para picar algo, escuchar música, o dejar los “útiles”, para partir a “huevear” donde sea.
Creo que he mencionado anteriormente el Bar de don Pérez, (servia de garito en la noche, y bar normal de día), si nos habremos sentado a tomar algo allí, mesas redondas de tres patas, sillas de totora,…ay dios, que recuerdos.
Como pasa el tiempo
 Paisano de Rodeo del Medio

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