Cuando Rufino Ortega regresó de la campaña del desierto en el sur mendocino y el norte de Neuquén, estableció su residencia permanente en Rodeo del Medio (Maipú). En 1887, decidió parquizar un sector de la propiedad, para contar con un espacio recreativo.
De hecho, además de crear caminos internos y plantar diversas especies arbóreas, hizo que los aborígenes que había traído cavaran un lago de 2.500 m2. En el espejo de agua se podía practicar pesca y habían botes a remo para navegar.
Rubén Impagliazzo, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza Filial Maipú, manifestó que el parque Ortega ha sido muy valioso para la comunidad de Rodeo del Medio como sitio de esparcimiento, de práctica de actividades deportivas y un pulmón verde.
Y señaló que en el pasado era un sitio de referencia, al punto que -según encontró entre unos documentos- cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, las comunidades de los países aliados que vivían en el Gran Mendoza organizaron un festejo en ese paseo (ubicado a 22 kilómetros de la Ciudad).
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